domingo, 10 de julio de 2016

La soledad en Navidad

Estar solo o sentirse solo

Para comprender la soledad, es preciso saber que no es lo mismo estar solo que sentirse solo. Hay dos formas de entenderla. "La soledad física o más objetiva se debe a una ausencia de relaciones sociales y, por lo tanto, es una situación de aislamiento real y físico, donde falta una red social en la que apoyarse y sentirse integrado. En cambio, la soledad emocional o subjetiva es aquella percibida por la persona, que no implica una ausencia de relaciones sociales, sino que tiene que ver con sentirse solo", nuevo cultural informa Silvia Guinea, psicóloga del Grupo ISEP Clínic Barcelona.
 
En consecuencia, "hay personas que se sienten solas a pesar de estar acompañadas, al haber perdido a algún ser querido, porque se ha roto una relación íntima con su pareja o porque se encuentran en un estado emocional alterado de tristeza y ansiedad", precisa Guinea. Asimismo, según explica esta experta, hay personas que en estas fechas están solas y, además, se sienten solas, porque están muy lejos del hogar y deben pasar las Navidades sin su familia por motivos laborales; existen conflictos familiares sin solucionar que las obliga a pasarlas así; o se hallan en una situación de aislamiento social, como les ocurre a algunos ancianos, personas con discapacidad y personas sin hogar.
 

El sentimiento de soledad aumenta en Navidad

 
Se tiende a pensar que todo el mundo está reunido con sus seres queridos, se siente feliz y lo pasa bien
Las personas que se sienten solas ven acrecentada esta percepción de soledad durante la Navidad. Las agendas nuevo cultural están repletas de compromisos, comidas en familia, cenas de empresa, la fiesta de Nochevieja, celebraciones con amigos, apertura de regalos en familia y, además, se emite publicidad que intensifica estos aspectos. "Todo parece felicidad, dicha y alegría, lo que refuerza la creencia de que todo el mundo cumple con algo que estas personas no pueden conseguir", explica Guinea.
 
Se tiende a pensar que todos están reunidos con sus seres queridos, se sienten felices y lo pasan bien. Es común, también, que experimenten un sentimiento nostálgico por Navidades pasadas que compartieron con seres queridos que ya no están por distintas circunstancias.

Navidades en pie de guerra: ¿cómo evitar los conflictos familiares?

Familiares a punto de estallar

Un conflicto surge ante la falta de acuerdo, sobre todo cuando hay algo que negociar. Este desacuerdo se puede vivir en cualquier núcleo familiar, en familias que en apariencia no tienen ningún problema y parecen llevarse bien y en familias desestructuradas, donde existen más conflictos de intereses y se tiene que negociar acerca de las visitas de los hijos a los padres, etc. Por otro lado, las abuelas o madres de familia que suelen organizar los banquetes de Navidad encajan peor que sus descendientes pasen alguno de los días señalados en casa de la familia política en el nuevo cultural. Pero los conflictos no dependen tanto del parentesco o posición que se ocupe en la familia como de que sus miembros tengan una personalidad caracterizada por la inflexibilidad y la rigidez en el cumplimiento de las tradiciones y normas establecidas.
 

Los motivos del conflicto

 
Los conflictos familiares que se disparan en Navidad son latentes si están adormecidos todo el año y se destapan en estas fiestas; profundos, cuando falla la comunicación; o propios de estas fechas, debido a la toma de decisiones que implican. Entre las situaciones que actúan como factor gatillo, se advierten las siguientes:
 
La falta de comunicación en la familia, bien por omisión, o bien porque la comunicación es inadecuada. Las familias que se rigen por un patrón de conducta "calla y cuece" y se "guardan" pequeños conflictos son más vulnerables a sufrir un estallido emocional incontrolable. Para evitarlo, se recomienda probar la comunicación asertiva, es decir, una comunicación eficaz en la que no se agrede al otro con una comunicación agresiva, ejerciendo el rol de verdugo, ni tampoco lo hacen en la nueva cultural, se utiliza una comunicación sumisa, desde el rol de víctima, haciéndose sentir culpable.
Una mala planificación del tiempo y la economía de las navidades, es decir, tomar decisiones sobre el calendario de fiestas, las compras, los platos que se van a preparar... y compaginarlo con el trabajo es una fuente indiscutible de estrés. Se estima que más del 80% de la población percibe síntomas de estrés, ansiedad, melancolía o depresión en Navidad. Para evitar estas tensiones añadidas, se aconseja planificar las fiestas con suficiente antelación.
Tener expectativas demasiado altas o irreales sobre cómo deben ser las fiestas, como pretender ofrecer una cena de lujo, cuando no se tiene dinero, o esperar que toque la lotería de Navidad, puede abocar a la frustración y actitudes reactivas negativas cuando no se cumplen estas expectativas. Para evitarlo, tanto en Navidad como en la vida, lo recomendable es marcarse metas y objetivos difíciles, para que motiven, pero reales y alcanzables, para que no generen frustración.

El estrés de organizar las fiestas de Navidad

Estrés por el trabajo y la economía que suponen las celebraciones de Navidad
Las luces de Navidad ya alegran las calles, los anuncios de televisión nos recuerdan que hay que comprar turrones y regalos, los niños ya están ilusionados por la llegada de los Reyes Magos. Para muchas personas, las fiestas navideñas son una época de felicidad.

Pero también puede ser una fuente de estrés para quienes organizan las celebraciones familiares. Comprar la comida para muchas personas, cocinar, preparar la casa y recogerla tras el evento, atender a los invitados... puede ser tan satisfactorio como estresante. Por eso, muchas personas no quieren hacerse cargo de ellas. Como explica Carolina Yegros, psicóloga y psicoanalista, "suele ser un motivo de disputa decidir quién se encarga de organizarlas".

Y es que el estrés que genera preparar las celebraciones navideñas puede estar causado por varios motivos. En primer lugar, por la carga de trabajo que supone comprar, cocinar, adecentar la casa... para muchas más personas de lo habitual. Y también puede producir ansiedad seguir la tradición de elaborar grandes cenas o comidas, con platos muy elaborados que no siempre salen bien.

En Navidad es aconsejable formarse unas expectativas realistas
Por otro lado, aparte del trabajo que supone, está el estrés provocado por motivos económicos. Debido a la actual situación de crisis económica, muchas personas no pueden afrontar este gasto extra. Así que, si no se puede, es mejor decirlo y no encargarse de nada nuevo cultural. Otra opción es ajustar el tipo de celebración a un presupuesto asumible. Una cena de fin de año no será más especial por el hecho de que haya marisco en lugar de pollo. Por esa razón, en el caso de que sea necesario, se puede pedir a familiares y amigos que colaboren en los gastos. Yegros recomienda "aceptar la situación social y económica de cada uno. Con todos los problemas de falta de trabajo o recortes de sueldos, será necesario recortar en gastos. Hay que tener en cuenta que estas preocupaciones son una importante fuente de estrés".

Además, si una persona, trabaje o no, siente que preparar las fiestas es demasiado estresante, tiene todo el derecho a solicitar ayuda a hijos, nietos o hermanos, entre otros, aunque no vivan en la casa que acogerá las celebraciones.

Navidad y relaciones familiares

Por otro lado, otro desencadenante de estrés son las malas relaciones personales. Muchos familiares solo se reúnen durante la cena de Navidad o fin de año, porque no tienen muy buena relación; pero, claro, en Navidad `toca verse`. "Estas fechas ponen sobre la mesa conflictos latentes que circulan en toda la familia, pero que durante el año se mantienen de una forma más velada", afirma la psicóloga en la nueva cultural.

A veces, se producen agrias discusiones que echan al traste la celebración; en otras, reina la frialdad. En ambos casos, puede ser una decepción para la persona que ha estado varios días preparando la fiesta. "Una queja frecuente es que las reuniones familiares, en muchas ocasiones, parecen un montaje, una fachada, y hay que comportarse como si todo estuviera bien, cuando en realidad no lo está", recuerda Yegros.

Así que es aconsejable formarse unas expectativas realistas. Si dos familiares no se llevan bien, no hay que esperar que en Nochebuena hagan las paces. "No hay que luchar para sostener un ideal, que es lo que conduce al estrés y a la ansiedad", apunta la psicóloga. 

The Art Army – Mike Leavitt

The Art Army se llama la serie de figuras que lleva realizando desde el año 2002 el artista Mike Leavitt. Una coleción de los personajes más relevantes del mundo del arte como Dalí, Warhol, Van Gogh o incluso Banksy. No dejeis de echar un vistazo a la colección completa.

The Art Army


The Art Army – Mike Leavitt

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